A estas alturas del partido uno reconoce a los verdaderos 'supergrupos' a mil leguas de distancia. En el caso de Box Of Shamans, además, sólo han hecho falta tres temas de su primer disco "Belief And Illusion" , para corroborar la valía instrumental, el nivel compositivo de los americanos y que no 'van de farol'. Acá no hay una potente disquera pagando viajes, derechos y horas de estudio, acá lo que hay son tres tipos, Michael Matier (todos los instrumentos), Scott Jones (voces) & Jerry Beller (percusión), que aman lo que hacen y hacen lo que aman...
Si juntas los currículos de los tres miembros de Box Of Shamans te convalidan dos carreras universitarias. De la unión de dos Heliopolis (soberbio debut hace un par de años), un ex-Tenn Jinn y con hojas de servicio en las que resaltan Rocket Scientists y Mars Hollow, entre otros, sólo podrían salir cosas buenas. Esos cuatro grupos son, posiblemente, lo más reseñable del Prog yanqui de los últimos veinte años. Box Of Shamans muestra marchamo de leyenda también, y si no lo logra, que es probable, su calidad y fuerza sobresaldrán durante años.
El Prog colorista y desenfrenado toma las riendas del disco desde el primer segundo. Teclados jugueteando con una guitarra inteligentemente distorsionada (por momentos creo reconocer arranques de Fuzz) sirven de puente para las abruptas y deliciosas entradas de la acústica, a su vez anunciadora de uno de los más atractivos estribillos que mis orejas hayan escuchado en años. Interludio decididamente Sinfónico y vuelta al planteamiento inicial aunque sin repetir una sola nota en el mismo lugar ni una sola melodía. Una composición progresiva actual de nivel máximo. Alguien debería plasmar esto en un libro de texto para el buen progster. Se llama "Belief" y abre el disco de forma magistral.
Una breve 'intermission' acústica llamada "All For You" precede a "Optical Dellusion" y toda su maravillosa parafernalia progresiva. Capas y más capas de teclas que me recuerdan poderosamente a los sonidos que Tony Banks produjo en 'The Lamb Lies Down On Broadway' arrimados de alguna extraña pero convincente manera a la marca Kansas.
"Ciscumstances Divide" invita al reposo y el viaje pasivo. En menos de tres minutos y con un desarrollo final excitante, deja al oyente con la necesidad de oír una versión extendida.
Llega el momento de "The Search" y para el que escribe sería fácil hablar de pieza principal y pilar maestro del álbum. No es el caso. Pero no porque desmerezca al resto, ni mucho menos, sino porque me parece injusto tildarla de mejor composición del disco sólo por ser la más extensa. "The Search" está al mismo nivel que el resto, sólo que dura un poquito más. Pieza fuera de parámetros en el aburrido Prog actual, guiño a Yes e incluso a Gentle Giant en unas armonías vocales sublimes. Pasajes onírico-ensoñadores, landscapes marcianos, la voz extraordinaria de Scott y una apabullante demostración de poderío de Jerry Beller maltratando los parches con una velocidad y técnica casi extraterrestres. Es el momento en el que aparece la irresistible guitarra acústica de Michael Matier y la canción deriva, arabescos al piano mediante, en una especie de Jade Warrior meets Yes que me hace querer salir corriendo a abrazar a estos tres tipos. De aquí al final del tema sólo apoteosis. Sencillamente sublime.
La única pega de "May Daze" es que aparece justo después de "The Search", porque realmente hablamos de un asombroso tema acústico con una atmósfera preciosista que por sí sola merece un reconocimiento. No es Neo-Prog ni es Prog actual, pero me dicen que la escribieron a finales de los setenta y compro por lo que me digan.
Irrumpe "Intruder" y su enigmático entramado de percusión sintetizada. La batería nos devuelve al mundo real, un mundo en el que los poderosos medios tiempos con estribillos largos y pegajosos dominan el planeta. Al menos el progresivo. Single en potencia. Magnum y Saga me vienen a la cabeza mientras disfruto de un tema que seguro los ponía en la circulación de las radios rockeras de medio planeta.
Radio como la que abre "Tune In", un divertido y accesible ejercicio de Happy-Prog a la It Bites. Armonías y trabajo vocal de nuevo a la altura de lo que ya no se hace, lamentablemente. La guitarra de Matier se lleva no obstante el primer premio con esos fraseos tan elegantes como efectivos.
"An Illusory Ploy" anuncia el final. Una de las piezas más Prog de todo el disco, si eso fuese posible. Coqueteos con el Jazz, climax oscuro, muy Relayer... Entradas furiosas de la batería y guitarras pesadas conviven con teclados planeantes y sugerentes. Todo desemboca en una suerte de Spacy-Sinfo con querencia a la escuela clásica británica y un servidor sonríe hasta hacer cara de idiota. El silencio inunda la estancia y el 'triangulito' invertido del Play es tu único objetivo. Una y otra vez.
¿Qué nota se le puede poner a esta maravilla? un ocho y medio, con la incómoda sensación de haberme quedado corto. En serio, buenísimos. Lejos de los Prog Awards y de la multi-difusión, del Prog de diseño y de los 'supergrupos' impostados. Así es como se hace Rock Progresivo de calidad en nuestros días. O eso les parece a mis orejas. ¿Y a las tuyas?...
Reseña: Carlos Torrecilla Abenoza
Puntaje: 8,50