Siguiendo al pie de la letra lo que enseñaron y dejaron para la eternidad los maestros como EL&P, Yes, Deep Purple o Kansas, estos brasileros dieron a luz a su disco debut que lleva el nombre del grupo.
Compuesto por siete canciones, tres de ellas son suites, como la que abre el disco y que lleva el nombre del grupo, una clásica composición de rock progresivo, la otra gran pieza es “The Rain of Changes - A Poet Spirit Voyage”, divida en tres partes, con excelentes armonías vocales y un tono épico que impregna a la canción que va del sinfónico al hard rock sin escalas y por último de las más elaboradas, tenemos a “Quixote’s Dream , pasajes acústicos, folks, ambientales y rockeros, te sumerge en un hermoso sueño. Después tenemos a una de mis favoritas que es “Metamorphosis”, que me recuerda en varios pasajes a la grandilocuencia que le supo poner Wakeman en su “Myths and Legends..” ó en “The Six Wives..”, pero acá también hay rock pesado de la vieja escuela de unos Uriah Heep o Rainbow. El costado calmo del disco está en la dramática balada “Resurrection Day” o “Same Old Sand Tale” plagado de pegadizas melodías. El cierre es con la poderosa “Infinite Strangers”, como para terminar de redondear un álbum muy parejo, sin bajones ni composiciones de relleno.
Acá encontrarán un hard sinfónico, lleno de sentimiento y alma, amantes de los teclados, con éste disco se harán una fiesta, mucho del maestro Keith Emerson encontraran en Andre Micheli, que además se hace cargo de las voces, que sí bien no es de lo más destacable, la interpretación es correcta y se adapta sin problemas (me recordó mucho a Trend Gardner de Magellan). La base rítmica es poderosa y refinada, formada por Thiago Meyer en batería y Julian Quilodran en bajo, quien además toca cellos, flautas y ambos hacen coros, completos los muchachos. Me queda solamente el hombre de las seis cuerdas, Andre Lupac que realiza intervenciones memorables, al mejor estilo de un Steve Howe, pero lamentablemente ya no es parte del grupo y luego de la grabación fue reemplazado por Cesar Aires, quien para la próxima entrega deberá demostrar lo suyo. Si bien en cuanto a lo musical la propuesta no tiene sorpresas, creo que lo mejor reside en el armado de las canciones, que tienen su elaboración (¡obviamente!), pero el énfasis esta puesto en las melodías y no tanto en asombrar con el virtuosismo.
En la actualidad podemos compararla con bandas como Mars Hollow, Criptic Vision, Magellan, Magic Pie, Presto Ballet o sus compatriotas de Apocalypse, que llevan en la sangre el legado del hard rock y el rock progresivo de los 70’s. Una grata sorpresa que me encontré al terminar el año, con un gran disco debut y un prometedor futuro.
Compuesto por siete canciones, tres de ellas son suites, como la que abre el disco y que lleva el nombre del grupo, una clásica composición de rock progresivo, la otra gran pieza es “The Rain of Changes - A Poet Spirit Voyage”, divida en tres partes, con excelentes armonías vocales y un tono épico que impregna a la canción que va del sinfónico al hard rock sin escalas y por último de las más elaboradas, tenemos a “Quixote’s Dream , pasajes acústicos, folks, ambientales y rockeros, te sumerge en un hermoso sueño. Después tenemos a una de mis favoritas que es “Metamorphosis”, que me recuerda en varios pasajes a la grandilocuencia que le supo poner Wakeman en su “Myths and Legends..” ó en “The Six Wives..”, pero acá también hay rock pesado de la vieja escuela de unos Uriah Heep o Rainbow. El costado calmo del disco está en la dramática balada “Resurrection Day” o “Same Old Sand Tale” plagado de pegadizas melodías. El cierre es con la poderosa “Infinite Strangers”, como para terminar de redondear un álbum muy parejo, sin bajones ni composiciones de relleno.
Acá encontrarán un hard sinfónico, lleno de sentimiento y alma, amantes de los teclados, con éste disco se harán una fiesta, mucho del maestro Keith Emerson encontraran en Andre Micheli, que además se hace cargo de las voces, que sí bien no es de lo más destacable, la interpretación es correcta y se adapta sin problemas (me recordó mucho a Trend Gardner de Magellan). La base rítmica es poderosa y refinada, formada por Thiago Meyer en batería y Julian Quilodran en bajo, quien además toca cellos, flautas y ambos hacen coros, completos los muchachos. Me queda solamente el hombre de las seis cuerdas, Andre Lupac que realiza intervenciones memorables, al mejor estilo de un Steve Howe, pero lamentablemente ya no es parte del grupo y luego de la grabación fue reemplazado por Cesar Aires, quien para la próxima entrega deberá demostrar lo suyo. Si bien en cuanto a lo musical la propuesta no tiene sorpresas, creo que lo mejor reside en el armado de las canciones, que tienen su elaboración (¡obviamente!), pero el énfasis esta puesto en las melodías y no tanto en asombrar con el virtuosismo.
En la actualidad podemos compararla con bandas como Mars Hollow, Criptic Vision, Magellan, Magic Pie, Presto Ballet o sus compatriotas de Apocalypse, que llevan en la sangre el legado del hard rock y el rock progresivo de los 70’s. Una grata sorpresa que me encontré al terminar el año, con un gran disco debut y un prometedor futuro.