La historia de Magnum data de finales de
los 70’s y arranco con “Kingdome Of Madness”, seguido de “II”, donde la
propuesta del grupo se acercaba fielmente a bandas como Queen, Styx o Kansas.
Fueron desarrollando su estilo con el paso de los discos, “Chase The Dragon”
fue el comienzo, aun manteniendo la esencia de los comienzos, “The Eleventh
Hour” sirvió como excusa para terminar un contrato discográfico y con “On A
Storyteller’s Night” llegaron a plasmar y demostrar personalidad, lo sinfónico,
lo melódico y lo épico están fusionados en esta maravilla que es sin dudas una
de sus mayores logros.
Luego fueron atraídos por el rock melódico
americano y AOR se hizo más palpable en “Vigilante” y “Wings Of Heaven”, este su
disco más exitoso con el que conocieron una fama fugaz que no pudieron repetir
en “Goodnight L.A” y mucho menos en “Sleepwalking” y “Rock Art”. Los malos
momentos del grupo hicieron que Tony Clarkin y su mano derecha Bob Catley,
dieran un fin al grupo con una gira despedida y un disco en vivo “The Last
Dance”.
Hard Rain fue la banda que armaron para que
la sociedad Clarkin – Catley siguiera vigente, pero musicalmente no funciono
(era un Magnum influenciado por el soul) y no tuvieron más remedio que rearmar
la banda. El regreso fue con “Breath Of Life” al que le siguieron discos muy
interesantes como “Brave New Morning”, “Princess Alice And Broken Arrow”(lo
mejor desde el regreso), “Into The Valley Of The Moonking”, “The Visitation” y
el disco que hoy nos toca analizar: “On The 13th Day”.
Sin demasiados cambios en lo musical con
respecto a los últimos lanzamientos,
este nuevo material vuelve a mostrar a un Magnum más duro, aunque su estilo
épico – melódico sigue presente, al igual que los sublimes teclados de Mark
Stanway que desde la sombra sigue siendo una pieza fundamental en el grupo,
fieles ejemplos son “Didn´t Like You Anyway” o “Putting Things In Place”, donde
la emotiva voz de Catley deleitará a sus fieles seguidores, un cantante único.
El toque de AOR se percibe en “So Let It
Rain” y “From Within”, que si bien no llegan a la majestuosidad de los hits de
“Vigilante” o “Wings Of Heaven”, pero tienen los suyo. Cuando hablo del
“costado” pesado del grupo hablo de canciones como “See How They Fall” o “Dance
Of The Black Tattoo” donde la guitarra de Tony Clarkin parece poseída por la de
su tocayo Iommi, esta última canción es sin dudas de lo más heavy que hizo el
grupo en toda su historia.
El resto del material sigue en estos
parámetro que cite, redondeando un álbum directo, tradicional para el grupo, 100% Magnum, que sin sorpresas en su propuesta sigue dando
pelea y se niega a desaparecer.
Lamentablemente en toda su carrera fue poco
el reconocimiento que recibieron, pero un nuevo disco de Magnum es para
festejar, estamos hablando a esta altura de una leyenda viviente del hard rock
melódico que luego de más de 30 años siguen editando discos, sin perder la
calidad.
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