La banda comandada por Mick Pointer y Clive Nolan, baterista y tecladista respectivamente, acaban de revivir a una de las más interesantes bandas que dió el rock progresivo en las últimas décadas. Luego de un largo parate, el disco "Pepper's Ghost" data del 2005, la banda inglesa vuelve al ruedo con este maravillo y oscuro disco "The Seventh Degree Of Separtion", un álbum que narra los primeros minutos de una persona luego de su muerte.Dejando de lado la influencia Genesiana y Marillionezca de los dos primeros disco, (ojo, acá hay rock sinfónico pero no hay el típico "robo"), la banda continuá el camino emprendido en "The Visitor" hasta la actualidad, endureciendo su propuesta sin llegar al heavy metal, con toques oscuros, riff densos amalgados con colchones de teclados y como no podía ser de otra manera en la historia de la banda, vamos a encontrarnos con una nueva voz. El "chico nuevo", es Paul Manzi quien para la mayoría es un desconocido, salvo que hayan visto el dvd en vivo de la Oliver Wakeman Band donde además tocó la guitarra. Este nuevo miembro se adapta perfectamente al estilo del grupo, su timbre de voz no dista mucho de su antecesores, aunque en éste podemos encontrar mayor variedad de matices. Otro dato interesante es la vuelta del bajista John Jowitt, que se volvió a unir al grupo luego de abandonar IQ. La banda mantiene intacto el buen gusto, con composiciones más directas y sútiles, dejando a un costado el virtuosismo, que a decir verdad nunca fue su fuerte. Seguramente causará el rechazo de los más ortodoxos, aunque no a la altura del "Passion" de Pendragon que horrorizó a más de uno (no me incluyo), por sus cercanías al metal. Estimados seguidores del neo-sinfónico, volvió ARENA y con un excelente disco, que superó mis expectativas ampliamente.
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