Casi 10 años pasaron de la edición de "FWX" y los fans del grupo necesitabamos algo nuevo, la banda se reunio para festejar el aniversario de "Parallels" con algunos shows, pero nada nuevo de estudio. Los fanaticos pudimos calmar la espera con Redemption, la banda que integro Ray Adler y que musicalmente (aunque más agresiva) estaba ligada a FW y hoy tenemos entre nosotros a "Darkness In A Different Light". Un disco que suena de punta a punta al grupo, su sello se encuentra presente en estas 10 canciones, que recuerdan a su pasado progresivo intricando (sin teclados, sequencias o samplers) como el maravillo "Perfect Symmetry", agregándole ciertos climas y pasajes actuales y un detalle no menor, es que desde el álbum "Inside Out" de 1994, la banda no grababa con dos guitarras, volviendo a contar con los servicios de Frank Aresti, que en vivo hace ya unos años participa en la banda.
"One Thousand Fires" abre el disco, riff marca Jim Matheos de los 90's y un estribillo para recordar fácilmente, todo esto coloreado por intervenciones sublimes, sobre todo del baterista Bobby Jarzombek, que es el primer disco que graba con la banda, reemplazando al gran Mark Zonder, que no se extraña para nada, lo de Jarzombek simplemente es de otro planeta, sin dudas un candidato que se le escapo a John Petrucci para reemplazar a Mike Portnoy.
"Firefly" y "Desire", contienen la fuerza y el gancho apropiado para atraparte, sobre todo esta última que esta ligada a discos como "Parallels" o "Inside Out".
Recordandome a la parte"IX" del complejo ""A Pleasant Shade of Grey", aparece "Falling", un poco más corta, pero cantada con la misma intensidad y sentimiento del gran Ray Adler.
Cercana a los últimos lanzamientos tenemos a "I Am", que por momentos parecen inspirados por el costado heavy de Dream Theater. La única canción que no me termina de cerrar es la densa y atmosférica "Lighthouse", pero levantan la punteria con "Into The Black", reviviendo los viejos tiempos progresivos del grupo que tenían olvidado, de lo mejor del álbum.
"Kneel And Obey" y pegada "O Chloroform" dos canciones que siguen el modelo de metal progresivo entendido por el grupo, canciones dirigidas por las guitarras de Jim Matheos y Frank Aresti, tanto de forma eléctrica como acústica.
El tema final es "And Yet It Moves", la canción más extensa del disco (14 minutos), que refleja fielmente la intención del grupo en este nuevo disco, tratando de volver a las raíces y en esta canción logran su cometido. Un temazo por donde se lo vea, todos aquellos fans del metal progresivo de la vieja escuela aplaudirán de pie esta obra maestra, que puede acercarse con mucha dignidad a canciones como "The Ivory Gate of Dreams" o "Nothing Left To Say".
Regreso Fates Warning y con un disco que fusiona el costado progresivo de "Perfect Symmetry", el gancho melódico de "Parallels" y el sonido de "FWX". ¡Qué más se puede pedir!
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