Nad Sylvan es un tipo brillante, es por eso que me alegro de sus logros y asiento cuando compruebo el reconocimiento que está recibiendo en los últimos años por parte de la comunidad progresiva internacional. El músico sueco ha revertido esa condición de 'artista underground' (aunque hablando de la escena Prog, debería decirle recontra underground), espoleado por el escaparate de gran superficie que ha supuesto agarrar el micro en las últimas encarnaciones del 'Genesis Revisited' de Hackett, mostrándose ahora como una rutilante 'star-lite', a tiempo completo, sin escatimar pompa, y haciendo bueno aquello de 'quien la sigue, la consigue'...
Pero Nad no es el 'new kid in town'. Me temo que no es nuevo en ninguna parte. No, ni mucho menos. Para cuando grabó junto al floreado Roine Stolt (apuntado de última hora al carro Hackett y sus magistrales revisiones, ¿a qué no se apunta éste santo varón?) aquél par de descomunales y ninguneados discos con los Agents Of Mercy, algunos ya lo teníamos en cartera sobretodo por ser el 50% de uno de los más maravillosos proyectos progresivos de todos los tiempos, de injusta segunda división, que defendían la forma 'genesiana' de encarar el Rock Sinfónico derivativo, sin caer en marcas blancas. Tributando sin emular y sobretodo aportando. Unifaun se llamó la criatura y Bonamici (Christian Thordin) y sus teclas mágicas, el otro 50%. Somos muchos los que anhelamos un segundo capítulo. Así como el regreso de los Agents... aunque seguramente en menor medida.
Dueño de una voz absolutamente privilegiada, con timbre metálico, uso inteligente de las vías nasales y decididos giros 'gabrielescos', creo sinceramente que es uno de los últimos grandes cantantes del Prog en actividad. Un tipo capaz de sentir lo que canta e interpretarlo encima de las tablas abusando con tiento del histrión y aportando fuerza y matices al conjunto. Uno, inevitablemente, piensa en Gabriel... pero también en Bowie, en Fish o en Cooper. Actores con micro. Exhibición y misterio. Ni atletas ni 'bailongos'. Nad pertenece a esa estirpe de artistas con impacto visual, presencia escénica y carisma. A esa estirpe en lamentable peligro de extinción...
Inteligentemente anticipado y de temática tétrico-romántica, el leit motiv del álbum es un barco pirata morado por vampiros en un viaje por diferentes aguas, su flamante nuevo disco en solitario titulado "Courting The Widow" lleva años en gestación. Salta a la vista que alguno de sus pasajes es un madurado ejercicio de Rock Progresivo Neo-Romántico, mostrando exultantes líneas melódicas, estribillos casi celestiales, con mucho trasfondo y sincera tendencia a la forma y maneras de los clásicos del Sinfo británico. Hay mucho Genesis en el adn de estas canciones, Steve Hackett presta guitarras, feeling y alma en varios temas. Nad en ocasiones parece la mezcla perfecta entre Collins y Gabriel. Pero no me quedo sólo en eso. Hay pasajes instrumentales que me recuerdan a los Yes más expansivos, algún que otro guiño a la Barclay James Harvest y su Rock Sinfónico rico en armonías con extra de drama e incluso reminiscencias a los Jade Warrior más introspectivos y planeantes.
"Carry Me Home" abre el viaje de forma efectiva, su instrumentación sobria y un trabajo vocal sobresaliente hacen del tema el anfitrión perfecto. Deliciosos aunque tímidos arranques de sintes y lo que parece un Mellotron (dudo que lo sea) coquetean con un acertado y colorista trabajo de guitarras del propio Nad sobre el que Hackett dibuja precisos y preciosos trazos.
Piano y divinos arreglos orquestales abren y sostienen el single "Courting The Widow". De naturaleza intimista, no es hasta que aparece ese estribillo hipnótico con el que descubres que el tema es mucho más grande y no tan inofensivo como parecía en un principio. Seis minutos de belleza deslumbrante, casi cegadora.
El primer plato fuerte llega con el tercer tema, "Echoes Of Ekwabet". Glorioso medio tiempo en el que se refuerza esa querencia al Sinfo dramático británico del que os hablaba antes. La banda de Hackett casi al completo, exceptuando al propio Steve, hace un trabajo extraordinario, suenan más compactos que nunca en un tema que muestra la fuerza compositiva de Sylvan y exalta su vena melodramática. De nuevo un largo estribillo magistral y estrofas dignas de otra época. Sorprendentemente nuestro hombre se ocupa de las guitarras y el resultado es excepcional.
"To Turn The Other Side" es, con sus veintidós minutos divididos en ocho partes, la pieza más larga y elaborada del álbum. Vuelve el maestro Hackett a dibujar puntualmente con su Les Paul y la orquestación creada por el propio Sylvan y diseminada por toda la composición, vuelve a ser un acierto. Jonas Reingold y Nick D'Virgilio hacen su aparición estelar y lo cierto es que su aportación es sensacional. De la sobriedad de "Premonition" y sus capas de teclas, en la que la base rítmica brilla, se pasa en un suspiro por las cuatro siguientes estaciones en las que los desarrollos calmados y la elegante instrumentación son protagonistas. Así llegamos a "The Portal" y sus juguetones matices 'Yesseros', sublimes armonías vocales de nuevo, misticismo y excelencia para desembocar en "On The Other Side", un resultón interludio instrumental aún reminiscente de Yes. "Lavender Fields" cierra de forma imponente uno de los mejores temas progresivos a los que mis orejas hayan tenido alcance en lo que llevamos de año. Sencillamente excepcional.
Cuando aún no te has repuesto aparece "Ship's Cat" y su naturaleza simple y delicada, te ayuda a regresar del viaje y retomar tu posición. Nad y su gata Skrut nos regalan intimismo y arreglos sublimes, una vez más.
"The Killing Of The Calm" me retrotrae a las formas genesianas, época Collins inmediatamente post-Gabriel, con un cierto deje Tull y todo el encanto del Romantic Prog de Sylvan. La inclusión del violín de Annbjorg Lien aporta texturas Folk a un tema que si bien no está entre lo más impactante del disco si se torna necesario para equilibrar el resultado final.
"Where The Martyr Carved His Name"irrumpe en la calma y de forma ascendente acaba apoderándose de tu atención. Quizá el tema más fácilmente encuadrable en el Prog actual, no en vano Roine Stolt está presente y se nota. Destacable el trabajo coral del bueno de Nick Beggs y el feeling entre el bajo de Reinglod y la batería de Doanne Perry. Sin ánimo de desmerecer, uno acaba cansado de esperar que el tema termine por eclosionar. No llega a hacerlo nunca, aunque te acabas acostumbrando a esa velocidad de crucero y terminas por disfrutarlo tal y como es.
"Long Slow Crash Landing" cierra el viaje. Los vampiros entierra cofres acaban por atracar en tierras sugerentes que bien podrían estar moradas por lobos. El tema, sobretodo por los fraseos de guitarra de Hackett, tiene todo el clímax, aura y sentimiento de su estupendo 'Wolflight'. Recomendable la profundidad que otorga el fretless bass de Beggs y la voz de Sylvan, cantando un par de tonos por debajo de sus posibilidades y demostrando versatilidad, buen gusto y maestría. Y entonces, el silencio se apodera de tu habitación...
Nad Sylvan acaba de ingresar, por derecho propio, en la créme del Prog contemporáneo. "Courting The Widow" es un disco sensacional, único y refrescante. Tengo claro que al final de año estará entre los mejores por dos motivos fundamentalmente. Sus canciones y esa forma de vestirlas. ¿Estamos asistiendo al nacimiento del Romantic-Prog?, ¿o al menos del Neo Romatic Prog?. ¿Es este el segundo capítulo de Unifaun que tanto esperábamos?, ¿o es algo mucho mayor?. No lo sé, lo único que sé con certeza es que voy a volver a pincharlo en cuanto cierre la tapa del portátil. Es un 8 y medio. Un esplendoroso y bien merecido 8 y medio.
Reseña: Carlos Torrecilla Abenoza
- PUNTAJE: 8.50 / 10 -
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